“Ven, sácame a bailar” susurras
con tus dos manos apoyadas en mis hombros.
Quatre cents coups, la banda sonora, de fondo
entre las cortinas color ocre y la suave luz que desprende
el flexo fijo en mi escritorio.
Ya se llena el parqué de pies descalzos y bailes en pijama,
tarareas cuando tus brazos ya rodean mi cuello,
mis manos se colocan en la fina tela que protege tu cintura,
los relojes pasan ya de las seis de la mañana
y quiere la oscura noche, hacerse ya de día,
pero cuatro pies aún se mueven con música
después de cuatrocientos golpes
en una habitación engalanada
con dos estanterías llenas de libros
donde dos figuras ya se abrazan en el suelo.
Tienen un extraño parecido con aquel cuadro:
Atocha, óleo sobre madera,
mil novecientos sesenta y cuatro.
Hacía tiempo que no me pasaba por aquí. Y es una alegría comprobar que cada día escribes mejor. Enhorabuena y un abrazo.
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