El deseo es uno y uno solo,
es romper una copa cerca de tus medias
o vivir con un revolver apuntando
a tu cabeza.
El peligro de una falda vaquera
llena de placer y despropósito,
o un licor maldito que inunda
nuestra noche llena de huracanes
y cronopios escritos detrás
de nuestras páginas.
Es vivir en puentes llenos de ríos
y verbos llenos de sonrisas y llantos,
una lágrima que nos aguanta la respiración
dentro de una habitación que vuelve
a estar en llamas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario