Amenazan unos ojos
de colores aún sin madurar:
lluvias de agosto,
primaveras truncadas por la noche,
pies descalzos
y trenes de ida y vuelta.
El acordeonista de la plaza Mayor
espera impaciente ofreciendo
plegarias al verano, maldiciendo nubes.
La procesión de coches mojados
es el funeral por un abril
que aún no ha nacido.
La realidad parece música antigua
con el susurro una aguja que se clava,
hipnotizan con su espiral
las hendiduras del disco.
Se crea ese ruido que da belleza,
como la lluvia rompiendo en el asfalto.
Agustín:
ResponderEliminar"La realidad parece música antigua
con el susurro una aguja que se clava,
hipnotizan con su espiral
las hendiduras del disco."
Me gusta ese juego de palabras, me encanta.