A Ella, por todo.
Este es mi último poema
para que no olvides ninguno de los pasos
que dimos por unas calles que sólo
nos miraron a nosotros,
para que aún me sientas haciéndote el amor
en el agua y en cada playa,
para tus piernas aún me rodeen en tu abrazo
y pueda sentir tu respiración contra mi pecho,
para que todavía te sigas fumando aquel cigarro
tumbada en el suelo,
para que guardes en una caja de lata todos
los versos de estas manos que tiemblan,
las mismas que te tocaron
cada noche antes de irnos a dormir,
para todas las sonrisas en los bares,
todas las lágrimas
todas las lágrimas
y todos los besos contra las paredes,
para que recuerdes los poemas que no tuve tiempo
de leerte,
para que degustes cada uno de mis platos
de pasta que haré para dos,
para todo el perdón que no te podré pedir
por cosas que ya nunca podré hacer mal,
para que guardes las fotos de aquel viaje
que no haremos,
para ti, este último poema,
para una gata de ojos verdes que un día
fue mía.
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