Sé que llegará el día
en que ya nunca
volveré a contemplar
tu mirada curiosa y asombrada.
(Ángel
González)
En los pasos de cebra
me robas tus maletas
y con ellas también te llevas los veranos,
me llenas los bolsillo de hojas secas,
la boca de otoños
que esperan sus tormentas.
Semáforos ámbar,
carteles verdes de grandes almacenes
y una mano alzada
nos quitan de los brazos
noches bañadas de cerveza
y el hacernos daño con los labios.
Dormiremos solos con septiembre
embalsamados con cortinas rojas,
la ventana de mi cocina
no será una luz a ti debida,
te pensaré bajo la ducha
de un calentador que no funciona.
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