Otro día el buzón vacío,
ni llamadas para echarte de menos,
ni bandas sonoras, ni sonrisas abandonadas
al placer de un cigarro,
ni sangre, ni labios, ni semen,
ni el punto equidistante que nos separa,
ni un ojalá, ni una siesta imaginando,
ni el amor antes de comer,
ni recorrer museos de las manos,
ni revolcarnos por Atocha como en aquel cuadro,
ni cada uno de estos versos
sería posible
si me empujases al vacío
de negarme tus silencios antes
de irnos a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario