“Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no.”
Luis García Montero
No soy capaz de engañarme,
ni de volver a salir a correr todos los días,
ni capaz de madrugar
porque no soy capaz de dormir,
ya que te has llevado mi sueño
dejando únicamente los fantasmas.
Y aunque hay olores nuevos que deseo
que rueden por mi cama,
como tantas veces rodó el tuyo,
cuando estoy a solas en noches como esta,
aunque tú no lo sepas,
vuelves aprovechando la migración
de una bandada de pájaros salvajes,
me clavas las garras o los dientes
y te vas dejando el rastro de mi sangre
por la puerta.
Aunque tú no lo sepas.
Es tan inocentemente cruel el desconocimiento...
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