Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
(Jaime Gil de Biedma)
(Jaime Gil de Biedma)
Siempre pienso en ti después de correrme,
sea en mis propias manos
o encima de cualquier mujer,
y quizá lo haga porque soy incapaz de no intentar
buscar algo de tu cuerpo en cada cuerpo ignoto,
aunque se alejen de tu piel clara,
o del brillo que se puede ver en tus ojos
un día de junio a la hora de comer.
Por eso dejo a cualquier mujer
durmiendo en mi cama,
me siento, taciturno y en cierto modo,
solo de nuevo, en mi escritorio,
enciendo el ordenador y con la poca luz
de la pantalla, escribo estos versos
y me pongo a pensar
en por qué pienso en ti después de correrme.
me gusta,
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