Voy a vomitar cada palabra
que mi garganta alcance a articular,
cada sílaba que salga de mi bilis
hasta quedar hueco
como el interior de un maniquí
elaborado a partir de carne de ojeras.
Y cuando se me sequen los ojos,
cuando quede solo piedra,
seré unicamente forma erguida
sobre cimientos oxidados,
un insondable espacio de carencia,
naturaleza muerta y precipicio.
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