jueves, 31 de julio de 2014

Algo así



No hablo de vivir en trenes,

ni autobuses,

no hablo de volver a casa

y tener la comida esperando en la mesa;

pero tampoco de las cárceles,

ni de los aeropuertos,

ni de las mascarillas de los hospitales.

No hablo de dormir la siesta el primer

domingo de agosto.

No puedo hablar del mar,

ni de las selvas que rodean algunas pupilas,

no hablo de los ombligos,

ni de la lencería.

No puedo hablar de la primavera,

ni de la nieve; ni de la luz

que empieza a entrar por la ventana.

No se hablar de lo que a veces asoma

entre la mierda y la podredumbre

del mundo.


No puedo hablar

porque la belleza no se dice. 


La vida era algo así

como recibir una llamada inesperada

a las siete de la mañana.

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