lunes, 13 de mayo de 2013

Artesano incauto




Me sacudían las tormentas por sus ojos 

y se le desbordaba el Mediterráneo 

en las pupilas, 

le crecían madres selvas por las zonas 

montañosas que construían su iris. 

Yo, artesano incauto, 

la quería domeñar poniendo presas, 

trazando carreteras, 

rezando a dioses, 

calculando distancias, 

haciendo esbozos de catedrales. 

Quería cambiar el curso de sus cauces, 

tallar sus valles para levantar 

centros comerciales. 

Tenía hojas de ruta, 

coordenadas, sistemas decimales, 

navíos capaces de sortear 

todos sus glaciares. 

Tenía las fórmulas, la alquimia, 

pero me faltaba el beneplácito de sus entrañas, 

de las garras de sus animales. 

Lo que parecía bajo el control 

de los números naturales 

sucumbía a los terremotos, 

a la incisión de sus volcanes. 



Y es que, según parece, 

no se pueden aprehender las bellezas 

con lógicas formales, 

ni hacer mapas de sus paraísos.

1 comentario:

  1. #joder:

    Y es que, según parece,

    no se pueden aprehender las bellezas

    con lógicas formales,

    ni hacer mapas de sus paraísos.

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