domingo, 16 de diciembre de 2012

Después de correrme



Y no hay muslos hermosos 
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
(Jaime Gil de Biedma)



Siempre pienso en ti después de correrme, 

sea en mis propias manos 

o encima de cualquier mujer, 

y quizá lo haga porque soy incapaz de no intentar 

buscar algo de tu cuerpo en cada cuerpo ignoto, 

aunque se alejen de tu piel clara, 

o del brillo que se puede ver en tus ojos 

un día de junio a la hora de comer. 

Por eso dejo a cualquier mujer 

durmiendo en mi cama, 

me siento, taciturno y en cierto modo, 

solo de nuevo, en mi escritorio, 

enciendo el ordenador y con la poca luz 

de la pantalla, escribo estos versos 

y me pongo a pensar 

en por qué pienso en ti después de correrme.

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