Se conocen los imperios por sus ruinas,
pero antes se olvidan y un sábana de arena
los cubre, como se cubren los muebles
de las casas vacías. Descansan sobre sus cimientos,
sobre la madera, llena de termitas,
ajenos a los ciclos lunares, a las tormentas.
Y terminan de morir solos,
como el viejo abandonado por sus hijos
en una residencia de ancianos,
o la fruta a punto de pudrirse
en los contenedores de la puerta trasera
de un supermercado.
Hola, Javi. De vez en cuando me gusta meterme por tu cuaderno y leer los nuevos poemas, siempre es un placer y un deleite. Este de los imperios olvidados es especialmente conmovedor. Muchos abrazos. Fernando TeacherOfGreek
ResponderEliminarMuchas gracias, Fernando, siempre es un placer escuchar que a alguien le gusta lo que haces. Un abrazo!
ResponderEliminar