Se llenan de invierno las habitaciones,
los espejos son escarcha y láminas de hielo
en los tejados.
El viento del norte acuchilla a julio por la espalda
y nuestras bocas se olvidan, se cierran
como libros sucios olvidados de hojas secas.
Se hunde el verano al chocar con tu mirada fría,
llena los mares de crudo que infecta y ahoga,
tiñe las playas un negro abominable.
Negro es lo que queda por mi cuerpo
de sudores perdidos,
negro es lo que espera este gato negro de la noche,
de ti que vuelvas con tus uñas a rasgar
el telón negro, que llenes la mañana de verdes
y de azules,
que incendies de nuevo este verano que se apaga.
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