Y aunque el ego es grande,
mucho más lo son los aparcamientos
de los parques de atracciones abandonados,
que como el amor, fueron cambiando
de nombre y adrenalina.
Las puertas guardan otras vidas
que no se conocen, los dormitorios
son salas de tortura y lienzos sublimes
donde todo el mundo es poeta
y se mancha las manos de pintura.
La radio habla de gente que se suicida
en el Mississippi y yo pienso
en telones de cines antiguos
que no esconden nada,
solo telas blancas de mortaja.
Tú estarás amortajada por el sol,
pisando el suelo que yo en la distancia
siento frío. Pero sé que la tierra arde
porque yo también ardo con ella,
como un deseo que hierve en la hoguera.
Puedo verte tras telones de cristal
que se estremecen entre tus secretos
y bebo del mismo agua
que dándonos cal, cloro y bautismo,
empapa nuestros pies.
El viento me trae los colores de tu iris
y los respiro hasta saciarme
en una tarde de seda india
que evoca entre ensoñaciones,
una fotografía del futuro.
Riquishmo.
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