sábado, 5 de septiembre de 2009

Octosílabos al amor de cualquier dios

Nos quitaron las ciudades.
El ego vistió la envidia
con la camisa cegada
por un brillo de diamante.
Certeza de pertenencia
que atravesó la inmundicia.
Condenaron el presente.
Abraham mató a su hijo,
su estigma se lee inerte
vetando la entrada al cielo.
El animal tornó fiera,
frío, desquiciado e insano
renegó de su creación.
Dios, padre del paraíso
expulsó a sus herederos.
La figura de cristal
estalló. ¿Notas el vidrio?
Se introduce en tu retina,
pinta lágrimas granate
que caen en un terreno
al que antes llamaste hogar.

1 comentario:

  1. Buenas... oye, me gustaron mucho los poemas que me diste. Pero perdí tu dirección de email. A ver si me la mandas y hablamos. Un abrazo

    ResponderEliminar