lunes, 7 de marzo de 2011

Crepitar



La chica desnuda que comía peces vivos 

se queda sin ver el mar, 

sin oler el óxido de las vías del tren 

una tarde enmascarada de domingo. 

Recuerda en su camisa 

el sabor de un cuerpo joven, 

el perfume de una habitación en llamas 

al amanecer de un lunes. 

La chica que se pinta las uñas 

mira la botella vacía desde su cama, 

piensa el dulce néctar amargo 

en el borde de sus labios, 

en los tendones de su cuello 

imagina el verbo crepitar.

1 comentario:

  1. "el perfume de un habitación en llamas"

    ¡llamas de mí al leerlo! :)

    ResponderEliminar