lunes, 20 de diciembre de 2010

Cama vacía II

Una tela de araña

como un relámpago en la nuca,

o una luna de algodón

para que arda bien,

como los sombreros

de los magos.


Un tiovivo y una partida de ajedrez

en las nalgas de una dama

con música de cámara

y una fotografía,

para inmortalizar

el orgasmo.


Una inyección de adrenalina,

que piensa en ti

para invadirte,

baja por las escaleras

hasta  un sótano

de moho y humedad.


Una araña de ojos vidriosos

y agilidad gatuna

devora a su víctima

desnuda,

y escupe sus restos

en una cama vacía.

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