martes, 9 de noviembre de 2010

Ensayo fictiográfico


Enmascarado como carnaval,

de náusea y obertura besa el revólver

pentagramas pescados sin sedal,

disparando a la sombra de la muerte.

Los cuchillos cuchichean y guardan

luto, las nubes se afilan las uñas

en los viejos rascacielos lunáticos.

Andan llorando las eternas niñas.

Se ducha plata la luna en los ojos

desnudos de los gatos en la hoguera

y las hormigas hacen la maleta.

Se rumorea tormenta fuera.

Hay cosquillas arrancadas de cuajo

en el cuello del jersey de los truenos,

las patas de las sillas bocabajo

son pelos puntiagudos.

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