lunes, 4 de octubre de 2010

Poema irregular de otoño


Ahora ya están los pies fríos

como las tardes con ella,

como la vida misma

que me dijeron que iba en serio.


Las gabardinas buscan su lugar

en los cuerpos del otoño,

que se arrebatan a las manos

de otros cuerpos.


Empiezan a lucir media

las piernas hasta los muslos,

las rodillas van abandonando

el dorado veraniego.


Cubren las cabezas con paraguas

ciertas noches, o el suelo

los árboles con hojas

en las madrugadas más largas.


Nacen poemas irregulares

que acotan la realidad,

en la cama de una casa

que ya no sé si es mi hogar.

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