miércoles, 20 de enero de 2010

Verdaderamente libres.


Cuando el tiempo atraviese su crepúsculo,
cuando se ponga el sol entre las ruinas
de mi generación y las ciudades
corran para esconderse de los monstruos
que han creado la civilización,
cuando Roma se tambalee y caiga.

Cuando yo duerma entre las nubes negras
de la creación mojada por las lágrimas,
cuando las miradas sean borrones
en un traje lleno de lamparones
que tapen las cicatrices del tiempo,
cuando resuenen necias las campanas 
marcando el réquiem y los funerales,
cuando el segundero no se detenga
y gire sin ningún sentido entre los minutos.

Cuando no nos ahoguen las cadenas 
que nos atan al recato del cuerpo, 
cuando se paren todos los relojes
y aceptemos como nuestro el pasado,  
cuando nos amemos sin ningún reparo 
seremos verdaderamente libres.

2 comentarios:

  1. ¿Y algua vez lo logramos? Ser verdaderamente libres. Sin que nada nos ate. Ni siquiera el tiempo ni el deseo..

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    1. Creo que la libertad reside en aceptar esos deseos y ese tiempo.

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