miércoles, 18 de febrero de 2009

Mal de ojo, perdón por Ego

La sangre gotea de mi nariz, me ahogo en mi mismo, todo sigue a flote y yo me hundo, incluso parece que tú ya te has ido, que yo estoy solo. Los días aquí parecen una espesa ciénaga donde tus logros se reprimen y tu escudo ya no soporta más lanzas, las noches parecían ser especiales quizá la luz azul de la Luna...Pero hoy parece que hasta los gatos que un día cuidaron de mí, han desaparecido. ¿Dónde escapar si yo soy mi mal de ojo?
Ego al enmudecer, el tiempo se ha callado pero tú nunca lo has perdido.

3 comentarios:

  1. Somos tan idiotas que necesitamos alabanzas para todas las cosas que hacemos...
    Incluso cuando estas no las necesitan, porque SON.

    ResponderEliminar
  2. La sangre, de donde viene?
    Será que se ha roto alguna válvula del corazón, de esas que sirven para... para nada realmente.

    ResponderEliminar
  3. psché...incluso lo que no tiene voluntad tiene finalidad.

    ResponderEliminar