“París es como una prostituta. Desde lejos parece
cautivadora, no puedes esperar hasta tenerla
en los brazos. Y cinco minutos
después te sientes
vacío, asqueado de ti mismo. Te sientes vacío.”
Henry Miller.
La mejor manera de insultarte
es no hablar de ti en este poema,
la mejor manera de olvidarte
es saber que el recuerdo
es una apuesta
a las carreras de caballos,
donde mi boleto
lleva el número del caballo perdedor.
Boleto cuyo dueño
no será titular
de ningún billete de avión
que vuele al norte.
Titular que es el veneno
que volverá vinagre el Sena,
que hará arder,
como en el mejor sueño
de Hitler, o de Henry Miller,
a la puta que puede
llegar a ser París.
un quepí, concretamente.
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